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Recursos para acceder a la salud mental

Actualizado: 26 dic 2021


Gran olvido a nivel estatal


El estigma de la salud mental ha expulsado durante mucho tiempo este ángulo de la sanidad de las políticas desarrolladas por el Gobierno. Tanto es así, que ha sido este año, tras la visibilización propulsada por una situación extrema derivada de la pandemia, cuando se ha decidido renovar el Plan Estratégico para la salud mental 2021-2026, olvidado y estancado desde el año 2009.


El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo mención a este descuido de la atención mental durante la presentación del plan en una comparecencia del pasado octubre. Según ha detallado el Ministerio de Sanidad, la nueva estrategia pretende ser “una referencia en la mejora de la salud mental en el Sistema Nacional de Salud “desde la equidad y la sostenibilidad, y con un nuevo enfoque basado en los derechos de la ciudadanía, la integración social, la lucha contra el estigma, la promoción de la salud mental y la prevención de los trastornos mentales, entre otros”.


Entre las diversas iniciativas políticas estatales para avanzar en cuanto a atención mental, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha destacado la utilidad de elaborar un mapa actualizado de la salud mental en el que se pueda reconocer la respuesta sistémica que están dando los distintos países europeos. La ministra también ha propuesto, como medida, la posibilidad de elaborar un catálogo amplio de modelos de respuesta y de prácticas que actúen como guía para los profesionales sanitarios.


El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la comparecencia sobre salud mental. Fuente: Europa Press

Sin embargo, llegamos tarde y queda mucho camino por andar en cuánto a salud mental. Así lo ve José Antonio Luengo, decano de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid (COP). Luengo afirma que todos los recursos que vengan “serán bienvenidos” pero también que son “absolutamente insuficientes”.


Entre las taras del sistema de atención mental, señala sobre todo la falta de un profesional en psicología dentro de los centros educativos. "En el sistema educativo contamos con la figura del orientador. Pero ésta no garantiza el papel de prevención, detección e intervención preventiva en los desajustes emocionales del alumnado" , expone.






Lo mismo opina Teresa Aparicio, psiquiatra en el área infantojuvenil del hospital público Ramón y Cajal, que además reafirma lo ya sabido: la salud mental de los más jóvenes después de la pandemia se ha desplomado. “Los datos han aumentado mucho, es cierto que ya se habían incrementado durante los últimos años pero con la crisis ha sido un boom”. Estos dos factores, unidos, tienen como resultado una saturación de la atención pública psicológica y primaria que no puede garantizar un servicio adecuado para el bienestar de los ciudadanos.


Asimetría en los recursos autonómicos


La desigualdad territorial es, hoy en día, una de las lacras del sistema sanitario español en general. La atención a la salud mental no difiere del mal funcionamiento de este modelo asimétrico. Sólo algunas comunidades autónomas, como el País Vasco, Castilla-La Mancha o Cataluña, cuentan con resortes institucionales que se centran, sobre todo, en la prevención de trastornos mentales.


Un modelo idóneo, como explica Aparicio, aunque también el menos aplicado por la vasta necesidad de recursos que requiere. "En los trastornos mentales no se lidia con una enfermedad concreta que requiera de un fármaco diana para curarse, sino que se tratan síntomas", detalla. Por eso es tan importante enfocar el funcionamiento del sistema de forma preventiva y no reparativa.


Dependiendo de la comunidad autónoma, esto varía. La psiquiatra explica que en Castilla y León, donde trabaja, los recursos disponibles cambian también en función de la provincia. En la Comunidad de Madrid, incluso dependiendo del área sanitaria a la que se pertenezca. “No es lo mismo estar en el área de la Paz que en el área de Leganés. En ese sentido se plasma la desigualdad geográfica y social”, apunta.






Cada comunidad cuenta además con un Plan Estratégico propio para la salud mental. En ese sentido, a diferencia del Plan Estatal, éstos sí se han ido renovando de forma periódica, lo que ha permitido seguir atendiendo a los pacientes siguiendo un protocolo de actuación y contando con unos recursos.


La unificación de políticas de atención sanitaria es uno de los muchos retos para que se pueda garantizar un sistema público justo, no sujeto a la desigualdad territorial y social. Pero para crear políticas y llevar a cabo medidas eficientes es determinante primero terminar con el estigma que envuelve este tipo de trastornos. Eso pasa por dejar de banalizarlos y de ridiculizarlos en muchas de las esferas sociales. En esa dirección, desde la pandemia y de mano de los jóvenes, se ha empezado a tener una conversación pública sobre la salud mental que ha de trascender urgentemente a las instituciones.

El diputado Íñigo Errejón durante una intervención en el Congreso. Fuente: Youtube
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